sábado, 6 de noviembre de 2010

VIDA Y OBRA DE JORGE ELIECER GAITÁN AYALA

Jorge Eliécer Gaitán
(Bogotá, 1902 - 1948) Dirigente político colombiano cuyo asesinato el 9 de abril de 1948 provocó el movimiento popular conocido como el Bogotazo.
Nacido en el popular barrio de Las Cruces, era hijo de Eliécer Gaitán Otálora, liberal radical que tras trabajar en diferentes oficios se dedicó finalmente a la venta de libros usados. Su madre fue Manuela Ayala de Gaitán, maestra de escuela, mujer activa y progresista que dejó honda huella en la formación de su hijo. Tuvieron seis hijos, siendo Jorge Eliécer el mayor de ellos. Debido a las dificultades económicas, muy pronto la familia Gaitán se trasladó a vivir al barrio Egipto. A los doce años, pues su madre fue quien lo inició en las primeras letras, Gaitán ingresó en una escuela de Facatativá, terminando sus estudios primarios en 1911.
Sólo dos años más tarde pudo reemprender sus estudios ingresando al colegio de Simón Araujo,
donde estudiaban los hijos de los liberales acomodados. Se graduó de bachiller del Colegio Martín Restrepo Mejía, al cual ingresó en el último año a finales de 1919. En febrero de 1920 ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, y cuatro años más tarde obtuvo el título de abogado con su controvertida e importantísima tesis Las ideas socialistas en Colombia.
Aún de estudiante, Gaitán participó activamente en la política: apoyó la candidatura de coalición del poeta Guillermo Valencia en 1918, se manifestó y fue orador en las manifestaciones contra Marco Fidel Suárez, en marzo de 1919; recibió los importantes consejos que Alfonso Villegas Restrepo daba a los jóvenes de entonces en las oficinas de su periódico; y organizó la sociedad literaria Rubén Darío, que se reunía en la calle 8a abajo del Observatorio y constituyó también el Centro Liberal Universitario, que llegó a tener alguna influencia política.
Fue elegido para la Asamblea de Cundinamarca entre 1924 y 1925. Sus primeros años de desempeño profesional fueron de una dificultad extrema, debido a su condición social, pero poco a poco su brillantez le otorgó el reconocimiento que merecía. Formó parte del movimiento estudiantil liberal que socavó las bases de la hegemonía conservadora. Con grandes esfuerzos logró ahorrar dinero y en julio de 1926 viajó a Italia. Ingresó en la Real Universidad de Roma, la escuela más prestigiosa de Derecho en ese país, dirigida por Enrico Ferri, penalista de fama mundial, donde obtuvo el título de doctor en jurisprudencia. Su tesis mereció la calificación Magna cum laude y el premio Enrico Ferri, y llegó a ser texto de estudio; llevaba como título "El criterio positivo de la premeditación".
Gaitán regresó al país en 1928, año intenso tanto para la vida del joven abogado como para la política del país. Fue elegido representante a la Cámara en marzo, en junio encabezó las manifestaciones contra la corrupción administrativa y visitó en diciembre la zona bananera, donde investigó los sucesos de la masacre de trabajadores de la United Fruit; sus denuncias sobre los graves acontecimientos se convirtieron en abiertos debates contra el gobierno de Abadía Méndez, y logró que muchos trabajadores fueran liberados e indemnizaciones para las familias de los caídos.
El debate de las bananeras sirvió a Gaitán de fundamento para su figura de líder popular. En 1931, con los liberales en el poder, fue elegido presidente de la Cámara de Representantes, presidente de la Dirección Nacional Liberal y segundo designado a la Presidencia. Al año siguiente, rector de la Universidad Libre. A finales del mismo viajó por América Latina planteando la posición colombiana en el litigio con el Perú.
Las tímidas reformas y los lentos programas sociales con los que Olaya Herrera pensó acostumbrar al país al cambio partidista en el gobierno parecieron insuficientes a los liberales de izquierda y, a pesar de los esfuerzos aglutinadores del director del partido Alfonso López Pumarejo, un grupo de decepcionados rompió con éste, en octubre de 1933.
Liderada por Jorge Eliécer Gaitán y Carlos Arango Vélez, nació la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR). Fuera del tradicional marco bipartidista, esta organización ha sido uno de los más importantes esfuerzos políticos en el país. UNIR tuvo particular influencia entre la clase campesina, en las zonas cafeteras de Cundinamarca, en el norte del Tolima, Caldas y el Valle.
En la primera etapa de agitación, la guardia de Cundinamarca disolvió a bala una manifestación de campesinos uniristas presidida por Gaitán en Fusagasugá el 4 de febrero de 1934, dejando un saldo de varios campesinos asesinados. Otra masacre tuvo lugar el 14 de agosto de 1934 en la hacienda Tolima, en la jurisdicción de Ibagué, en cuyos trabajadores influía la UNIR. El motivo tuvo que ver con la negativa de los colonos a aceptar los avalúos de las mejoras en los términos arbitrarios en que los realizaba la hacienda.
El partido de Gaitán estimulaba el principio de la militancia individual y de carnetización de sus miembros. Al comienzo se insistió en la necesidad de una rígida disciplina, que incluía prácticas gimnásticas como rudimento de preparación militar. Los organismos no eran propiamente deliberantes y las orientaciones políticas generales del partido eran responsabilidad del caudillo.
La plataforma de acción de la UNIR, enunciada a través del semanario informativo Unirismo, consistía en la intervención del Estado, con criterio social, en la economía; la reforma agraria y organización de cooperativas campesinas; un nacionalismo antiimperialista en cuanto a la política exterior; la reforma constitucional que diera menos protagonismo al presidente y reformas legislativas de tipo social, incluyendo la creación de un banco de previsión social constituido con aportes obligatorios de hasta un 50 por ciento por parte del capitalismo.
Aunque el movimiento captó adeptos no sólo en el campo sino también dentro del sector trabajador de la incipiente industria nacional, las tácticas disolutorias de la burguesía obtuvieron frutos: en el campo con la represión, en el liberalismo oficial y la prensa con el silencio y la acusación de pro comunismo. Aprovechando la vanidad e impaciencia del líder, se logró atraer de nuevo a las filas oficialistas al propio Gaitán, quien declaró disuelta la UNIR en mayo de 1935.
En 1936 Gaitán contrajo matrimonio con doña Amparo Jaramillo y el 8 de junio de ese año se posesionó como alcalde de Bogotá. Como tal, realizó una labor progresista, aunque corta; pero ciertas medidas algo extremas y la presión de la derecha lo obligaron a dejar el cargo. En febrero de 1937 falleció doña Manuela Ayala; la pérdida de su madre y maestra fue un duro golpe, sólo mitigado por el nacimiento, siete meses más tarde, de su única hija, Gloria.
Tras algunos viajes internacionales, Gaitán fue elegido magistrado de la Corte Suprema de Justicia en 1939 y, al año siguiente, el presidente Eduardo Santos lo hizo ministro de Educación. Ocupó este cargo nuevamente por corto tiempo, pero entre otros logros desarrolló un ambicioso plan contra el analfabetismo y para la popularización de la educación y la cultura.
Opuesto a la reelección de López Pumarejo, Gaitán iniciaría en 1941 una carrera política que sólo se detuvo con su asesinato: senador por Nariño en 1942, presidente del Senado en septiembre de ese año, ministro de Trabajo entre 1943 y 1944, y candidato presidencial en oposición al liberal oficialista Gabriel Turbay, creando el Movimiento Liberal Gaitanista. Éste, más que un socialismo estructurado, era de corte populista.
Nunca en el país se volvieron a ver manifestaciones tan multitudinarias ni con tanta emoción y fe en su jefe. Sus famosos gritos de "¡A la carga! ¡Contra la oligarquía! ¡Por la restauración moral de la República!" lograron interpretar el sentimiento de las masas de una manera única y original. Sus variaciones de tono, sentido del humor e ironía, el manejo de los silencios, hicieron de Gaitán un orador telúrico que llegaba a transfigurarse por la emoción de lo que decía y la forma de decirlo, y que lograba transmitir su sentimiento al público.
La organización, disciplina y fe de los gaitanistas hicieron que muchos lo tildaran de fascista pero, aunque de Italia trajo ese gusto por los desfiles de antorchas y algo de la teatralidad mussoliniana, Gaitán era un liberal demócrata, reformista, que buscaba una revolución legal dentro de los marcos constitucionales.
En las elecciones del 5 de mayo de 1946, que ganó Mariano Ospina Pérez, Gaitán, para quien esa contienda sólo había sido un paso más hacia el poder, ocupó un tercer lugar, con sorprendente número de votos y con un apoyo mayoritario en los centros urbanos. Sirvieron también estos comicios para que el gaitanismo tomara el poder dentro del liberalismo y fuera elegido jefe único del partido.
Sus planteamientos sociales fueron enunciados en la Convención del teatro Colón del 18 de enero de 1947 y en agosto del mismo año, en el Congreso, con el fallido Plan Gaitán. Legendarias son ya la Marcha de las antorchas, organizada desde el popular barrio La Perseverancia, en la que él quería "un río de candela, que no se vieran filas cada tres metros, sino filas bien juntas para formar un río de fuego sobre Bogotá", y la sobrecogedora Marcha del silencio, en la que multitudes nunca vistas y perfectamente organizadas llenaron de temor, con su mutismo, a los sectores tradicionales de ambos partidos.
En Manizales pronunció la "Oración por los humildes", en febrero de 1948. Al mes siguiente, debido a la incontrolada violencia gobiernista, Gaitán rompió los lazos del liberalismo con Ospina. Fue excluido, por expreso deseo de Laureano Gómez, canciller de Ospina, de la IX Conferencia Panamericana en Bogotá, inaugurada el 30 de marzo.
El 9 de abril logró Gaitán uno de sus mayores triunfos como penalista al obtener la absolución del teniente Jesús Cortés. Hacia la una de la tarde, cuando salía del edificio donde tenía sus oficinas, fue muerto a balazos, en presencia de algunos de sus amigos, por un pálido joven llamado Juan Roa Sierra, iniciándose así la más pavorosa jornada de muerte y destrucción que haya vivido Bogotá y agudizándose la creciente ola de violencia que, con escasos respiros, aún vive el país.

9 comentarios:

  1. La importancia histórica de Jorge Eliécer Gaitán (1903-1948) no radica en que hubiera podido ser presidente de Colombia de no haber sido asesinado el 9 de abril, sino en lo que representó como dirigente político y en la huella que dejó en el país nacional.

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  2. Discurso: Oracion por la paz
    Jorge Eliécer Gaitán - Febrero, 1948

    Esta pieza, muestra de la mejor oratoria de Gaitán, fue pronunciada el 7 de febrero de 1948 en la Manifestación de¡ Silencio, en la cual una multitud sin precedentes colmó la Plaza de Bolívar de Bogotá enarbolando banderas enlutadas. En medio de un silencio sepulcral Gaitán elevó su indignada voz para protestar contra los crímenes oficiales y para advertir que el pueblo «podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa".

    Señor Presidente Mariano Ospina Pérez:
    Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria.

    En todo el día de hoy, Excelentísimo señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que no tiene precedentes en su historia. Gentes que vinieron de todo el país, de todas las latitudes —de los llanos ardientes y de las frías altiplanicies— han llegado a congregarse en esta plaza, cuna de nuestras libertades, para expresar la irrevocable decisión de defender sus derechos. Dos horas hace que la inmensa multitud desemboca en esta plaza y no se ha escuchado sin embargo un solo grito, porque en el fondo de los corazones sólo se escucha el golpe de la emoción. Durante las grandes tempestades la fuerza subterránea es mucho más poderosa, y esta tiene el poder de imponer la paz cuando quienes están obligados a imponerla no la imponen.

    Señor Presidente: Aquí no se oyen aplausos: ¡Solo se ven banderas negras que se agitan!

    Señor Presidente: Vos que sois un hombre de universidad debéis comprender de lo que es capaz la disciplina de un partido, que logra contrariar las leyes de la psicología colectiva para recatar la emoción en un silencio, como el de esta inmensa muchedumbre. Bien comprendéis que un partido que logra esto, muy fácilmente podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa.

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  3. CASA MUSEO JORGE ELIÉCER GAITÁN



    La Casa Museo Jorge Eliécer Gaitán, es la casa que habitó Jorge Eliécer Gaitán Ayala desde diciembre 22 de 1933 hasta el día de su asesinato en abril 9 de 1948. Está ubicada en la calle 42 número 15 - 52 del barrio Santa Teresita de Bogotá.
    El Museo dispone de un área de 218 metros cuadrados distribuidos en una casa de dos plantas. Sus espacios dan cuenta de una vivienda de los años treinta ubicada en uno de los sectores de mayor desarrollo en Bogotá. Cada uno de los objetos presentes en su colección permite identificar aspectos de quien fuera llamado "El tribuno del pueblo" por su incansable lucha en pro de la reivindicación de las clases menos favorecidas de la sociedad colombiana.
    El museo cuenta con la biblioteca personal de Jorge Eliécer Gaitán Ayala, compuesta por más de tres mil títulos en diferentes idiomas. Durante el recorrido se reconocen los aportes políticos, sociales y aspectos de su vida cotidiana, representada en los objetos personales.
    Otro espacio que conforma el Complejo Jorge Eliécer Gaitán es el jardín en el que se encuentra el cuerpo del caudillo.

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  4. LA JUSTICIA
    Según Jorge Eliecer la definición bíblica de la justicia seguirá siendo por tiempos el más perfecto criterio, es decir, dar a cada cual lo que se merece, concepto profundo que se hermana con los postulados de la ciencia penal.

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  5. ARENGA A LOS VENEZOLANOS
    Discurso improvisado el 18 de octubre de 1946 por Jorge Eliécer Gaitán en la ciudad de Caracas, durante la conmemoración del primer aniversario de la caí­da de la dictadura militar Venezolana.

    Hombres y mujeres de Venezuela:

    Yo, que pertenezco a un gran país cuyo pueblo es superior a sus dirigentes, al ver la muchedumbre de rostros morenos que están reunidos en esta plaza, he experimentado hoy una emoción que hace contraste con la sensación de angustia que siendo estudiante experimentara ayer, ante el dolor y la tragedia que se agolpaban sobre el alma grande de los herederos de Bolívar.

    Hasta ayer yo sabía que las dolientes masas venezolanas, vuestros abuelos, vuestros padres y vuestros hermanos, rumiaban su dolor en las mazmorras que eran deshonra de América y que existía en esta tierra admirable una pequeña minoría oligárquica que disponía abusivamente de los destinos de esta patria del Libertador, a espaldas del pueblo, contra el pueblo y sin el querer del pueblo.

    Pero yo, capitán de multitudes de Colombia, vengo a contemplaros vibrantes y plenos, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, irrumpiendo en esta plaza; y a decir desde esta tribuna a todas las gentes de Venezuela que de ahora en adelante sólo habrá una voz que mande sobre esta tierra sagrada: ¡la voz del pueblo, por el pueblo y para el pueblo!

    Estáis en la primera etapa de vuestro recorrido inexorable. Habéis comenzado a conquistar vuestra libertad política, la cual apenas será formal si en posteriores épocas no llegáis a la conquista de la libertad económica y social. Pero esta primera etapa la tenéis que defender, modelar y terminar con bravura, con tenacidad, con coraje, y sin vacilaciones ni desmayos. Afortunadamente tenéis a la cabeza capitanes y gonfaloneros que jamás, estoy seguro, traicionarán vuestro interés ni vuestros anhelos.

    Hacéis bien en defender corajudamente esa obra; en conquistar previamente esa libertad política formal que nosotros, los colombianos ya conquistamos, y que os preparéis para una nueva etapa de las realizaciones por venir. Ya nadie –de ello estoy cierto y esa la razón de mi emoción profunda– podrá poner al margen de su destino al pueblo de Venezuela. Ahora va a ser él, como los demás pueblos de nuestra América, de nuestra América morena, quien va a darse libremente su propio gobierno...

    Jorge Eliécer Gaitán
    Caracas, Octubre 18 de 1946

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  6. ORACION POR LOS HUMILDES
    Discurso pronunciado por Jorge Eliécer Gaitán en el cementerio de la ciudad de Manizales, Capital del Departamento de Caldas, en homenaje póstumo ante la tumba de los muertos liberales asesinados durante la violencia política en el año 1948. Esa oración se halla grabada en piedra en el Panteón de la Casa Museo Gaitán, donde dos meses después fuera sepultado el propio caudillo.LINK:

    http://www.enciclopediacolombiana.com/articulos/historia/republica/personajes/gaitan/oracionHumildes.php?id=3

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  7. LA DEMOCRACIA
    De acuerdo con Jorge Eliecer “En lo político, la democracia se expresa por la libertad que exista para hacer oposición a las fuerzas que tienen la personería del Estado.
    En un régimen democrático la existencia de la oposición no se explica ni por generosidad, ni por benevolencia de la fuerza gobernante. Es apenas expresión del funcionamiento de la democracia, que así limita, contiene y estimula al que manda, sustrayéndolo a la posibilidad de cualquier abuso. Ello quiere decir que la oposición no puede estar condicionada a las necesidades del gobierno, sino que en presencia de los actos de éste determina las fuerzas de contrapeso que en su entender sean justas; que lo serán si los actos del gobierno dan base a su éxito, o sufrirán el descrédito por inocuas cuando resulten infundadas o pérfidas.
    Y en el funcionamiento del Estado esas fuerzas de equilibrio están representadas por la autonomía de las funciones que son propias a cada una de las ramas del poder público, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, en orden a la armonía de un Estado de derecho. Cuando sus determinaciones se hallan influidas por quienes llevan la personería del ejecutivo, la fuerza equilibrante, esencial a la democracia, sufre rudo quebranto y los males en la práctica pasan a ser ilimitados. Nadie en Colombia puede negar de buena fe que no es urgente dar efectividad a dicha norma. Por su parte el órgano legislativo necesita recuperar su dignidad y la autonomía que le es propia. Congresos que aparezcan como simples emisarios de la voluntad del ejecutivo según casos que todos conocemos, atentan contra la sustancia de la democracia. No puede haber pretexto, razón, ni causa para que existan parlamentos que no se inspiren en su propia conciencia sino en el halago o el temor para subordinarse a las decisiones del órgano ejecutivo. El país sabe que esa autonomía funcional del Parlamento no actúa y que debe ser restaurada.”

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  8. CONCLUSIÓN
    Considero que la figura de Jorge Eliecer Gaitán ocupa uno de los más altos sitiales en la vida política colombiana del siglo XX como uno de los más grandes caudillos en la historia del país, como pensador en lo político y en lo social, además, uno de los juristas más brillantes y mejor dotados en la ciencia del derecho penal, pero sobretodo por su compenetración con el hombre colombiano, por su estatura moral, por su valor de hombre comprometido con el destino de su país.

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  9. Bibliografía
    •Forjadores de Colombia Contemporánea, Carlos Perozzo, Ed. Planeta S.A, 1986.
    •Gran Diccionario de Biografías, Círculo de Lectores Ed. Printer Latinoamericana Ltda., Bogotá D.C.
    •Gran Enciclopedia de Colombia, Editorial Printer Latinoamericana Ltda. para Círculo de Lectores S.A.
    •Grandes Personajes Universales y de Colombia, Editorial Oceano Grupo Editorial, S.A Milanesat, Barcelona España. Edición 2004.
    •Nueva Historia de Colombia. Historia Política 1946 – 1986 Planeta Colombiana Editorial S.A, 1989.

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